Inequidad de género en ciencia varía entre disciplinas

Por Lilian Nassi-Caló

Foto: UNIONDOCS

Foto: UNIONDOCS.

Se observa una distribución no equitativa de género, con marcado predominio de hombres, entre académicos en las áreas de ciencias duras, tecnología, ingeniería y matemáticas (Science Technology, Engineering and Mathematics, STEM). En algunas áreas de humanidades, sin embargo no en su totalidad, hay predominio de mujeres con nivel de doctorado.

Sobre la base de esta observación, Sarah-Jane Leslie, del Departamento de Filosofía de la Princeton University, Princeton, NJ, EUA, y colaboradores, publicaron un estudio en la revista Science1 donde presentan evidencias de que las mujeres están presentes en menor proporción en áreas en que se cree que requieren brillantez y talentos innatos, y no trabajo arduo y dedicación. Según los autores, las mujeres son enseñadas desde la infancia a creer en eso, lo que puede descorazonarlas en seguir una carrera en temas como física, ingeniería o matemáticas. El tema polémico mereció inclusive un comentario del editor de ciencia Steve Connor en el diario británico The Independent el 16 de enero2, un día después de la publicación del número de Science.

Actualmente, hay cerca de 50% de mujeres científicas en áreas como biología molecular y neurociencias en los Estados Unidos, pero apenas 20% en física y ciencias de la computación. También en las áreas sociales, reducto femenino por excelencia, las mujeres no están representadas equitativamente en todas las disciplinas. Ellas representan el 70% de los doctores en historia, psicología y antropología, sin embargo apenas 35% en economía y filosofía.

El estudio parte de la premisa de que la creencia individual sobre lo que se requiere para ser exitoso en determinada actividad depende del énfasis que ese individuo le da al talento innato. Como las mujeres son con frecuencia estereotipadas negativamente en este aspecto, ellas terminan considerando al área que enfatiza el talento innato como hostil. Para verificar su hipótesis, los autores analizaron el porcentaje de mujeres entre 1.820 investigadores de 30 disciplinas incluyendo profesores universitarios, pos doctorados y estudiantes de pos graduación de instituciones públicas y privadas en diferentes regiones de los Estados Unidos. Además, los investigadores respondieron a cuestiones sobre habilidades específicas innatas consideradas esenciales a sus disciplinas.

Como era de esperar, el estudio mostró correlación inversa entre las áreas que valoran el talento innato y el número de mujeres representadas en estas áreas. Para probar la hipótesis de la dedicación a la investigación como componente para alcanzar el éxito, los autores preguntaron a los investigadores el número de horas de trabajo semanal dentro y fuera del campus en cada especialidad. No se observa, sin embargo, correlación entre la dedicación y la representación de mujeres en las áreas estudiadas, indicando que la dedicación al trabajo no explica la diferencia de representación de los géneros en las disciplinas.

La selectividad de las disciplinas también fue medida mediante el porcentaje de estudiantes de postgrado que son admitidos cada año en los diferentes departamentos. El análisis de los datos, sin embargo, no produjo resultados significativos, lo que tampoco permite correlacionar la selectividad con la representación de género.

Los autores también eliminaron la hipótesis de que la necesidad de pensamiento abstracto y sistemático fuese responsable por la baja representatividad de las mujeres en áreas STEM.

Según Leslie, la habilidad innata para ser exitoso en determinadas disciplinas es la hipótesis que explica mejor los datos obtenidos separadamente con cada disciplina sobre los porcentajes de doctores de sexo masculino y femenino en las 30 áreas examinadas. Otra posibilidad planteada por el estudio es que si las mujeres creyeran con más convicción que los hombres en la hipótesis del trabajo dedicado como ingrediente para ser exitosos en determinadas áreas, las disciplinas con mejor porcentaje femenino tendrían índices de aptitud específica más altos. Los resultados obtenidos indican que, de hecho, ellas dan mayor importancia a la dedicación que ellos.

Por último, los investigadores probaron su hipótesis normalizando los resultados sobre la creencia en la aptitud innata en cada uno de los 30 campos estudiados como si tuviesen igual número de hombres y mujeres. Una vez más, los resultados fueron capaces de prever significativamente la representación femenina en cada área. Así, la relación entre la creencia en la habilidad específica y la representación femenina en cada área no es una simple cuestión de hombre y mujeres valorando la dedicación al trabajo de manera diferente.

En la opinión de Andrei Cimpian, coautor del estudio, dijo a The Independent, “no estamos afirmando que la brillantez innata, o el hecho de valorar esta característica sea negativa. Y no estamos afirmando que las mujeres no sean brillantes o que ser brillante no ayude en el progreso de la carrera académica. Y tampoco estamos afirmando que las mujeres son menos brillantes que los hombres. No hay evidencia convincente en la literatura de que los hombres y mujeres difieran intelectualmente de forma que sea relevante para que obtengan éxito en las áreas que investigamos. De acuerdo con nuestra hipótesis, la baja representatividad de mujeres en ciertas disciplinas no resulta de diferencias reales en la habilidad intelectual, sino del resultado de diferencias que se presumen entre hombres y mujeres”. El termina afirmando que “concluimos que las mujeres son menos propensas a hacer un doctorado en áreas que idolatran la brillantez y la genialidad. Esta hipótesis fue la que explicó mejor los datos sobre la representatividad de mujeres en relación a otras hipótesis”.

En Brasil, la situación de las mujeres en ciencia no es diferente. Un estudio publicado en la Agencia FAPESP en 2003 de autoría de María da Graça Mascarenhas3 indica que a pesar de haber aumentado el número de universitarias del 53,9% en 1998 al 6% en 2002, las mujeres todavía no han escalado posiciones de liderazgo y destaque en la carrera académica. También en Brasil, las mujeres son mayoría (más del 70%) en as profesiones consideradas como femeninas – Pedagogía, Psicología, Enfermería, Letras y Biología, sin embargo tienen poca participación (debajo del 30%) en áreas tradicionalmente masculinas como las Ingenierías, Físicas, y Astronomía. No obstante, áreas como Odontología, Matemática y Periodismo ya tienen predominio de mujeres y ocurre equilibrio de género entre graduados de Administración, Derecho, Medicina Veterinaria, Química y Medicina.

Al analizar el desarrollo de la carrera científica, sin embargo, los resultados son diferentes. Mascarenhas señala en su artículo los datos recopilados por de Hildete de Melo y Helena Martins Lastres. Las autoras coordinaron en 2003 el equipo brasileño que hace referencia el Informe de investigación “ Brasil – Género, Ciencia, Tecnología e Innovación – Una Visión Femenina” al Proyecto Iberoamericano de Ciencias, Tecnología y Género, iniciativa de la Unesco y de la Organización de Estados Iberoamericanos.

Según las autoras, en 1990 el porcentaje de mujeres con pago de productividad (bolsas) de nivel 1A del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico – CNPq (el nivel más elevado) era de 18,5%. Este porcentaje tuvo una ligera elevación – 21,1% en 1999. En los demás niveles, sin embargo, la expansión fue ligeramente superior.

Datos de 2013 obtenidos en el Portal del CNPq revelan que este escenario no tuvo modificaciones significativas, habiendo sido concedidos en aquel año 23,5% de las bolsas 1A a mujeres y 76,4% a hombres.

De acuerdo a Hildete de Melo, “la menor presencia femenina en las bolsas de investigación del CNPq puede ser explicado por la inserción tardía de las mujeres en el sistema de ciencia y tecnología”.

Con la intención de cambiar este escenario, fue lanzado en 2005 el Programa Mujer y Ciencia para “estimular la producción científica y la reflexión acerca de las relaciones de género, mujeres y feminismo en el País y promover la participación de las mujeres en el campo de las ciencias y carreras académicas”. El Programa es el resultado del trabajo de un grupo interministerial formado, entre otros, por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, Ministerio de Educación, CNPq y Organización de las Naciones Unidas.

Una pregunta que permanece sin respuesta sobre el estudio es si la brillantez natural es verdaderamente más importante para ser exitoso en algunas áreas en relación a otras. Los autores son de la opinión de que si un área tiene interés en aumentar la diversidad de género de sus investigadores debe alterar los mensajes que transmite.

En este sentido, el artículo de Andrew Penner, del Departamento de Sociología, University of California, Irvine, CA EUA, publicado en el mismo volumen de Science3 que el artículo de Leslie y colaboradores, contribuye al análisis de la desigualdad de géneros en las diversas áreas de la ciencia. Penner piensa que es casi imposible disociar los efectos del sesgo social y las preferencias individuales, dado que la comprensión de las personas sobre las diferencias de género dan forma a sus preferencias.

En la opinión del autor, hay dos factores que dificultan la explicación de la baja representatividad de las mujeres en la ciencia. El primero es que raza y género interactúan de varias maneras que no permiten un enfoque general. En segundo lugar, la representación de género varía considerablemente entre las áreas STEM y no-STEM, y esta diferencia encuentra una explicación en la hipótesis de Leslie y colaboradores. Esta hipótesis, sin embargo, no consigue explicar por qué hay un número creciente de mujeres estudiando derecho, llegando a la misma proporción que los hombres, siendo que el derecho es una disciplina competitiva, que demanda muchas horas de trabajo, y tomando en cuenta que los bufetes de abogados no son ambientes simpatizantes con los asuntos de familia de sus funcionarios.

La comprensión de cuándo y cómo los estudiantes toman conciencia de las creencias sobre las aptitudes en las disciplinas específicas puede ser instructivo. Tomando en cuenta la importancia que se da a la habilidad en matemática para ser exitoso en áreas STEM, por ejemplo, sería interesante evaluar si esta habilidad se considera una aptitud innata. En caso afirmativo, sería de esperar una menor representatividad femenina en las áreas en las cuales la matemática tiene un papel central, lo que de acuerdo con el estudio de Leslie y colaboradores, de hecho ocurren.

El autor considera que si definimos éxito como llegar a ser profesor en disciplinas STEM en una institución de investigación, será difícil obtener paridad de género en muchas áreas incentivando a los hombres a interesarse en áreas actualmente dominadas por las mujeres. También se debe considerar que muchas mujeres, después de obtener una formación a nivel de doctorado en áreas STEM, migran a la educación o asistencia en salud. Además de eso, la sociedad ha desvalorizado el trabajo femenino en la forma de remunerar mal áreas notoriamente reconocidas como “trabajo femenino”. El autor también es de la opinión de que las mujeres talentosas son necesarias en áreas STEM, así como hombres talentosos serían muy bienvenidos en educación o asistencia en salud, y observar bajo una perspectiva más amplia la cuestión de la equidad de géneros. “¿La sociedad se beneficiaría si los hombres fueran más parecidos a las mujeres?”

Notas

1 LESLIE, S.J., and et al. Expectations of brilliance underlie gender distributions across academic disciplines. Science. 2015, vol. 347, nº 6219, pp. 262-265. Available from: http://www.sciencemag.org/content/347/6219/262.short

2 CONNOR, S. Women are less likely to become scientists because of a ‘misconceived idea of brilliance’, study finds. The Independent. [viewed 15 January 2015]. Available from: http://www.independent.co.uk/news/science/women-are-less-likely-to-become-scientists-because-of-a-misconceived-idea-of-brilliance-study-inds-9980771.html

3 PENNER, A.M. Gender inequality in Science. Science. 2015, vol. 347, nº 6219, pp. 234-235. Available from: http://www.sciencemag.org/content/347/6219/234.summary

Referencias

CONNOR, S. Women are less likely to become scientists because of a ‘misconceived idea of brilliance’, study finds. The Independent. [viewed 15 January 2015]. Available from: http://www.independent.co.uk/news/science/women-are-less-likely-to-become-scientists-because-of-a-misconceived-idea-of-brilliance-study-inds-9980771.html

LESLIE, S.J., and et al. Expectations of brilliance underlie gender distributions across academic disciplines. Science. 2015, vol. 347, nº 6219, pp. 262-265. Available from: http://www.sciencemag.org/content/347/6219/262.short

MASCARENHAS, M.G. Mulheres na Ciência Brasileira. Agência FAPESP. Available from: http://agencia.fapesp.br/mulheres_na_ciencia_brasileira/622/

PENNER, A.M. Gender inequality in Science. Science. 2015, vol. 347, nº 6219, pp. 234-235. Available from: http://www.sciencemag.org/content/347/6219/234.summary

Enlaces Externos

Portal CNPq – Estatísticas – <http://www.cnpq.br/web/guest/estatisticas1>

Programa Mulher e Ciência. Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico. -<http://www.cnpq.br/web/guest/mulher-e-ciencia>

 

lilianSobre Lilian Nassi-Calò

Lilian Nassi-Calò estudió química en el Instituto de Química de la USP, tiene un doctorado en Bioquímica por la misma institución y un pos doctorado como becaria de la Fundación Alexander von Humboldt en Wuerzburg, Alemania. Después de concluir sus estudios, fue docente e investigadora en el IQ-USP. Trabajó en la industria privada como química industrial y actualmente es Coordinadora de Comunicación Científica en BIREME/OPS/OMS y colaboradora de SciELO.

 

Traducido de la versión en portugués por Ernesto Spinak.

 

Como citar este post [ISO 690/2010]:

NASSI-CALÒ, L. Inequidad de género en ciencia varía entre disciplinas [online]. SciELO en Perspectiva, 2015 [viewed ]. Available from: https://blog.scielo.org/es/2015/03/08/inequidad-de-genero-en-ciencia-varia-a-traves-de-las-disciplinas/

 

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