Por Ernesto Spinak
En 2018, la Comisión Federal de Comercio de USA ganó un juicio por 50 millones de dólares contra la editorial OMICS con sede en Hydebarad, India, por prácticas comerciales engañosas. Según cuenta el informe Predatory publishers’ latest scam: bootlegged and rebranded papers1 publicado por Nature recientemente la investigación encontró que esta editorial había publicado cerca de 69.000 artículos de múltiples disciplinas con poca o ninguna revisión por pares.
Sin embargo, esta editorial no es singular en prácticas fraudulentas en la comunicación científica, porque existen cientos de editoriales, llamadas “depredadoras”, que generan miles de revistas supuestamente académicas. No solamente OMICS no es única, sino que son tantas las editoriales depredadoras que hay disponibles en Internet al menos 90 listas de verificación que recopilan revistas de dudosa calidad y prácticas editoriales a través toda la cadena del proceso de asegurar la calidad científica. Algunas editoriales también llegan a la falsificación de datos y piratería de artículos.
Que una revista pertenezca a agencias como COPE (Committee on Publication Ethics) o que esté registrada en índices como Web of Science (WoS) o estar incluido en el Directory of Open Access Journals (DOAJ) no es suficiente para garantizar la calidad. Las revistas depredadoras han encontrado varias formas de ser ingresadas en estos listados.
Pero el problema general, que tiene causas más amplias, no se combate con la imposición de multas (o clausuras) porque estas firmas tienen una gran versatilidad para transformarse, cambiar de nombre, cambiar de marca, de recrearse como nuevas empresas digitales y con nuevos dominios. Debido a esta capacidad de multiplicación imparable han sido comparadas con la mitológica Hidra de Lerna, que era un monstruo de múltiples cabezas, que al cortarle una cabeza le renacían dos nuevas.
Por consiguiente, hace tiempo que está claro que las revistas depredadoras son una amenaza al sistema académico debido a que aceptan artículos para su publicación, (cobrando, por supuesto, cargos por procesamiento de artículos a los autores), sin realizar los controles de calidad prometidos para detectar o evitar problemas como plagio, conflicto de intereses, aprobación ética, ni arbitraje por pares, o incluso falsificando afiliaciones institucionales, correos electrónicos, y un largo etc., de falsedades.
Tenemos entonces aquí varias clases de problemas para atender.
1. Cómo definir e identificar las revistas depredadoras y piratas
Esto no es un tema simple. En el año 2019, según informa Nature en Predatory journals: no definition, no defence2 se realizó un encuentro en Ottawa, Canadá, donde participaron 43 académicos y editores de diez países donde acordaron una definición de “publicación depredadora” que pudiera proteger la confianza en las publicaciones científicas. Se necesitaron 12 horas de discusión durante dos días para llegar a una definición de consenso, que resultó ser:
Las revistas y editoriales depredadoras son entidades que priorizan el interés propio a expensas de la erudición y se caracterizan por información falsa o engañosa, desviación de las mejores prácticas editoriales y de publicación, falta de transparencia y/o uso de prácticas de solicitud agresivas e indiscriminadas.
2. Los procedimientos engañosos usados
Las editoriales depredadoras y piratas basan el negocio en el interés financiero propio y se caracterizan, entre otros aspectos por
- Información falsa, incorrecta, engañosa. El sitio web o los correos electrónicos de una revista depredadora a menudo presentan declaraciones contradictorias, factores de impacto falsos, direcciones incorrectas, tergiversaciones del consejo editorial, afirmaciones falsas de indexación, o declaraciones incorrectas de membresía en asociaciones, y afirmaciones engañosas sobre el rigor de la revisión por pares.
- Prácticas deficientes. Incluyen no tener una política de corrección y/o retractación, solicitar una transferencia de derechos de autor al publicar un artículo de acceso abierto y no especificar una licencia Creative Commons en una revista de acceso abierto.
- Procedimientos poco transparentes. No son claros los procedimientos operativos (como la forma en que se toman las decisiones editoriales, las tarifas aplicadas y la organización de la revisión por pares).
- Falta de información básica o es falsa. Los editores depredadores a menudo no brindan su información de contacto o detalles sobre los cargos por procesamiento de artículos. Los editores y miembros de sus consejos editoriales a menudo no se pueden verificar.
3. Las razones por las cuales las revistas depredadoras son usadas por los autores
En la cultura académica del “publish or perish” se promueve el productivismo de artículos y como consecuencia de eso, en cierta manera, obliga a los autores a enviar artículos para publicar aunque no tengan méritos suficientes. Porque los artículos no leídos o los informes terminados a medias también se ven recompensados por las decisiones de contratación y promoción de algunas universidades.
A menudo, estos artículos no publicados atraen poca atención (no recogen citaciones). Sin embargo, debido a que a veces son recolectados por motores de búsqueda académicos no selectivos como Google Scholar, podrían encontrarse y leerse como parte del corpus científico del postulante. Estas publicaciones son parte de las (malas) herramientas para construir los CV, y ayudan a preparar el escenario de la tormenta perfecta.
4. Qué se puede hacer para evitar y/o contrarrestar el daño
La sugerencia estratégica que propone el artículo1 de Nature que comentamos se centra en “matar de hambre” a la Hidra. Esto es, privar de recursos a estas centenares de editoriales depredadoras.
Como líneas de acción se destacan:
Auditar las revisiones por pares. Si las revistas no publican los procedimientos de las revisiones, entonces los financiadores de las investigaciones deberían imponerlas como condición. Falsificar las revisiones a gran escala es una tarea difícil.
Los financiadores podrían exigir que los APC (article processing charges, cargos por procesamiento de artículos) solo se paguen a revistas que se adhieran a los Principios de Acceso Abierto Justo (Fair Open Access Principles).
Apoyar los esfuerzos de plataformas emergentes de buena fe que permiten la difusión de revistas a un costo modesto. Aquí Nature destaca a SciELO y Redalyc como ejemplos de infraestructuras de publicación académica en América Latina que proporcionan revistas de acceso abierto de calidad y bajo costo para académicos y con ediciones en sus idiomas nativos.
No recompensarlas enviando artículos a las revistas depredadoras. Muchas universidades y patrocinadores alimentan involuntariamente a los editores depredadores cuando valoran la cantidad publicada y utilizan métricas mal informadas para medir la calidad. Los autores que publican en revistas cuestionables abarcan un continuo que va desde bienintencionados e ingenuos hasta deshonestos y cómplices. Se debería informar a los investigadores, especialmente a los que se inician en su carrera, sobre los peligros que esto entraña; también sería recomendable revisar las políticas de las universidades para que los investigadores no se vean tentados a inflar sus CV usando publicaciones “fáciles”.
Otra acción importante de parte de las agencias financiadoras es velar por el cumplimiento de imponer el acceso abierto a las investigaciones que financian. Lamentablemente esto todavía está lejos de generalizarse, según se informó en el artículo Do authors comply when funders enforce open access to research?3 publicado en Nature. En esa nota de 2018 se hizo el primer análisis de cumplimiento de la iniciativa a gran escala, enfocándose en 12 agencias de financiamiento seleccionadas.
De los más de 1.3 millones de artículos que se identificaron como sujetos a los mandatos de acceso abierto de los financiadores seleccionados, encontraron que alrededor de dos tercios estaban disponibles gratuitamente para leer. Sin embargo, las tasas variaron enormemente, desde alrededor del 90% para trabajos financiados por los National Institutes of Health (NIH) de EE.UU. y el financiador biomédico del Reino Unido, Wellcome Trust, hasta el 23% para trabajos respaldados por el Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá
Se encontraron porcentajes variados por disciplina, con un cumplimiento casi total en biomedicina, medicina clínica e investigación en salud, en cambio las ciencias sociales, la química y la ingeniería muestran tasas claramente más bajas. Dentro de la misma disciplina, el cumplimiento varía drásticamente según la agencia de financiación.
Y esto demuestra que todavía hay esfuerzo por hacer, porque publicar en acceso abierto hoy día tiene costos relativamente bajos que incluso compiten con éxito frente a las editoriales depredadoras.
El panorama en América Latina
Esta situación tan preocupante en el mundo académico en general, afortunadamente hasta ahora, no se ha manifestado tan intensamente en América Latina, y esto se debe a las varias acciones estratégicas que se han emprendido en la región desde hace por lo menos 20 años.
Las particularidades de las instituciones universitarias en la región (a diferencia de casi todo el resto del mundo) han tenido una tradición de ser públicas, muy abiertas, y que no siguen con tanta intensidad la tendencia de los ránkings, el productivismo del publish or perish, y las otras “modas” que se imponen en las llamadas universidades mainstream. Esto, por una parte, es una presión menos intensa en los académicos para inflar los currículums artificialmente con revistas basura.
Por otra parte, el paradigma de la publicación científica como bien público universal ha impulsado dos programas de publicación científica en acceso abierto, como son SciELO y Redalyc (mencionados por Nature3 como ejemplos) que han publicado más de un millón de artículos en más de dos mil revistas científicas de cerca de 20 países, para los cuales no se cobra APC, o en su defecto son costos muy bajos, gracias a las tecnologías que se explican en el post ¿Cuánto cuesta un artículo? Servicios de publicación académica y sus valores de mercado.4
Por esta razón el mundo académico de América Latina no es una fuente productiva a las editoriales piratas.
Notas
1. SILER, K., et al. Predatory publishers’ latest scam: bootlegged and rebranded papers. Nature [online]. 2021, vol. 598, pp. 563-565. https://doi.org/10.1038/d41586-021-02906-8. Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-021-02906-8
2. GRUDNIEWICZ, A., et al. Predatory journals: no definition, no defence. Nature [online]. 2019, vol. 576, pp. 210-212 [viewed 17 December 2021]. https://doi.org/10.1038/d41586-019-03759-y. Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-019-03759-y
3. LARIVIÈRE, V. and SUGIMOTO, C.R. Do authors comply when funders enforce open access to research? Nature [online]. 2018, vol. 562, pp. 483-486 [viewed 17 December 2021]. https://doi.org/10.1038/d41586-018-07101-w. Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-018-07101-w
4. NASSI-CALÒ, L. ¿Cuánto cuesta un artículo? Servicios de publicación académica y sus valores de mercado [online]. SciELO en Perspectiva, 2021 [viewed 17 December 2021]. Available from: https://blog.scielo.org/es/2021/11/10/cuanto-cuesta-un-articulo/
Referencias
GRUDNIEWICZ, A., et al. Predatory journals: no definition, no defence. Nature [online]. 2019, vol. 576, pp. 210-212 [viewed 17 December 2021]. https://doi.org/10.1038/d41586-019-03759-y. Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-019-03759-y
LARIVIÈRE, V. and SUGIMOTO, C.R. Do authors comply when funders enforce open access to research? Nature [online]. 2018, vol. 562, pp. 483-486 [viewed 17 December 2021]. https://doi.org/10.1038/d41586-018-07101-w. Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-018-07101-w
NASSI-CALÒ, L. ¿Cuánto cuesta un artículo? Servicios de publicación académica y sus valores de mercado [online]. SciELO en Perspectiva, 2021 [viewed 17 December 2021]. Available from: https://blog.scielo.org/es/2021/11/10/cuanto-cuesta-un-articulo/
SILER, K., et al. Predatory publishers’ latest scam: bootlegged and rebranded papers. Nature [online]. 2021, vol. 598, pp. 563-565. https://doi.org/10.1038/d41586-021-02906-8. Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-021-02906-8
Sobre Ernesto Spinak
Colaborador de SciELO, Ingeniero en Sistemas y Lic. en Biblioteconomía, con Diploma de Estudios Avanzados pela Universitat Oberta de Catalunya y Maestría en “Sociedad de la Información” por la Universidad Oberta de Catalunya, Barcelona – España. Actualmente tiene una empresa de consultoría que atiende a 14 instituciones de gobierno y universidades en Uruguay con proyectos de información.
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Para los investigadores de latinoamericana, publicar en una revista de JCR, implica sujetarse a editores papistas, críticas con bias, ademas de que se debe tener una espera de tiempo rallando en lo desesperante. Un trabajo de investigación necesita darse a conocer, pero si recurro a revistas por eejmplo del grupo Elsevier, o Wiley. Debo pensar en publicar con ellos o morirme de hambre, por ejemplo para publicar en revistas de JCR, el costo es mayor que mi sueldo (>600 us $) entonces que hago? Pues recurro a la revista depredadora, y respaldo mis trabajos posteandolos en ACADEMIA EDU,RESEARCH GATE, YAHOO. Con estas herramientas recibo solicitudes de trabajos escritos y cientos de lecturas a mis obras. Para mi las revistas depredadoras son las del JCR QUE COBRAN EN EXCESO, NO HAY WAIVERS, ASI ESTA LA LUCHA POR EXISTIR, QUIEN LA GANA? eLSEVIER, WYLEY?