Por Maria das Graças Targino y Joana Coeli Ribeiro Garcia
Como fenómeno y/o proceso dinámico, la ciencia atraviesa etapas no necesariamente excluyentes y que varían según la óptica de los teóricos. Por ejemplo, Le Coadic1 relaciona cinco etapas. La primera tiene como representante máximo al científico sin amparo institucional, pero con garra y obstinación, dando margen al estereotipo del “científico loco, solitario y excéntrico”: el querido Profesor Pardal de las historietas… En un segundo momento, esfuerzos aislados dan origen a los primeros intentos de un trabajo colectivo, en torno al investigador-líder – es el aficionado científico. La tercera etapa está marcada por la expansión de las universidades en la condición de gimnasios del saber, configurando la ciencia académica, mientras que la llamada ciencia organizada da lugar a la concentración de investigaciones, favoreciendo programas oficiales con miras al desarrollo de la ciencia y la tecnología (C&T) generación de teorías rumbo a generalizaciones para la aprehensión de los fenómenos. La última etapa – megaciência – se refiere al reconocido valor de los investigadores involucrados, en términos nacional e internacional, actuando en laboratorios con equipamientos de última generación y contando con amplios recursos financieros.
Para David y Spence2, además de la primera fase, marcadamente impulsada por el ensayo y error, se sigue un segundo modelo de ciencia orientado a la formulación de leyes y teorías (generalizaciones) y, todavía más, se da un tercer momento con la intervención del avance tecnológico en las prácticas científicas. A partir de entonces, emerge el cuarto paradigma. Se trata de la e-ciencia o ciencia mejorada, expresión atribuida, ya en 1999, al británico John Taylor, Director General de los Research Councils in the UK (United Kingdom) Office of Science and Technology, para definir la colaboración más y más amplia entre diferentes áreas del saber, mediante la inversión en infraestructura computacional para la ciencia, como Hey y Trefethen3 destacan. Es una ciencia optimizada que reside en un “[…] tipo de investigación colaborativa y sin fronteras, posible por la vasta cantidad de datos compartidos vía red de datos y por internet”4.
Para la realización de la e-ciencia, son esenciales tres elementos reconocidamente interdependentes: (1) ciberinfraestructura, que denomina a la arquitectura tecnológica capaz de soportar las prácticas de e-ciencia; (2) ciencia abierta, que actúa en el delineamiento de políticas y mecanismos con el fin de definir parámetros con miras al acceso amplio a los hallazgos científicos; (3) colaboración, que se refiere a la participación de investigadores y de la sociedad civil en general, además del apoyo del Estado, con miras a la construcción de nuevos saberes científicos, y sobre todo a su compartición
Los conceptos de e-ciencia y ciencia abierta están pues, intrínsecamente interconectados. Como consecuencia, la evaluación de los conocimientos recién generados para su validación por la comunidad científica, y, a posteriori, por la sociedad en general, sigue inevitablemente la tendencia de mayor transparencia, como propuso, ya en el siglo XVIII, el filósofo, químico y físico irlandés, Robert Boyle, y evidenciado a través de normas establecidas por el sociólogo norteamericano Robert K. Merton, de inicio, en 1937, hasta mayor detalle, en el año 1973. El sistema de evaluación a que se someten los originales propuestos a la publicación en la literatura científica, el juicio de solicitudes ante las agencias de fomento, la constitución de bancas para exámenes de los trabajos de postgrado, etcétera, etcétera tienen una nítida vinculación con las prescripciones mertonianas que siguen en boga hasta el día de hoy – universalidade; compartir; desapego material y escepticismo sistemático –, subyacentes a cualquier modalidad de arbitraje de la ciencia, de sus productores y de sus productos.
Entonces, a partir de la premisa de que la evaluación consiste en un elemento intrínseco al avance de la C&T, en este contexto de ciencia abierta, de mayor accesibilidad a los nuevos conocimientos y de mayor colaboración entre las áreas, es que se registra una tendencia creciente (pero lenta) de sustituir la ciega, es decir, la evaluación “ciega”, sea simple (cuando el evaluador conoce al autor del manuscrito sujeto a la evaluación), sea ella doble, cuando autores y revisores no se conocen, por el sistema open peer review (OPR, revisión abierta por pares). Esto es porque, la revisión ciega, a lo largo del tiempo, viene despertando polémicas y fricciones a ritmo continuo. Entre sus aspectos negativos, Spinak5, cita lo poco fidedigna que tiende a ser, asociado al hecho de que demanda mucho tiempo; permite distorsiones que afectan a los autores y las publicaciones; y no remuneran o acreditan debidamente a los revisores por su trabajo.
En esta línea de pensamiento, incluso conscientes de que, decisivamente, el proceso de evaluación es polémico y difuso, con múltiples y variadas posibilidades, con métodos ortodoxos o heterodoxos, de tal forma que ningún recurso de evaluación es capaz de suplir las expectativas de todos, sobre todo, en la comunidad científica, que figura como campo que comporta una malla intrincada de relaciones y conflictos, las autoras vienen realizando estudios para evaluar la viabilidad de la adopción de la OPR por revistas científicas en ciencias de la información (CI). A pesar de que la mayoría de sus revistas (como de las demás áreas) adoptan la revisión ciega, no existen evidencias de que es más eficiente que la open review, al igual que la evaluación abierta, cuyos modelos emergen desde la década de los 80 del siglo pasado, también mantiene puntos oscuros a partir de la propia concepción y (des)ventajas.
En cuanto al concepto, por cuenta de las variaciones que el sistema abierto propicia, hay una serie de estudios recientes que lo contemplan, a ejemplo de Ross-Hellauer6, que trae a la superficie 122 definiciones y Spinak5, con 22. Todo esto demuestra cuán compleja es la ciencia abierta y sus desdoblamientos, porque la concepción del término abierto, en el caso de la OPR abarca diferentes vertientes que se fusionan y/o se complementan. Ejemplificando: apertura de los originales en bases de datos de preprints, a semejanza del propio F1000Research, Figshare y PeerJPreprints; apertura de los autores; apertura de los criterios; apertura a los pares o al público en general para presentar sugerencias/críticas/observaciones.
Además, es necesario reforzar, como lo hace Spinak5, el OPR favorece una serie de variaciones, tales como: (1) las identidades abiertas – los autores y revisores se conocen entre sí; (2) informes abiertos – los elementos de revisión se publican con los originales evaluados; (3) participación abierta – individuos de la colectividad en general, independientemente de su calificación, contribuyen a lo largo de la revisión, si así lo desean; (4) interacción abierta – diálogo libre entre autores y árbitros; autores y autores; opiniones y opiniones; etcétera; (5) disponibilidad de los originales antes de cualquier evaluación formal – en servidores de preprints; (6) apertura de la versión final para eventuales comentarios; (7) plataformas abiertas – la revisión no se mantiene vinculada a la publicación, pues puede provenir de diferentes entidades.
En cuanto a las ventajas de la revisión OPR, su mayor apuesta se vincula a la percepción de la e-ciencia como ciencia abierta, y, por consiguiente, en mayor escala, gracias a las colaboraciones globales, que se extienden al arbitraje, en el sentido de que es posible, ahora, imprimir mayor visibilidad, uso y reutilización de la producción científica y académica. Por otro lado, entre las desventajas, existe la desconfianza de que la OPR no posibilite mayor rapidez a la evaluación como un todo ni tampoco reducción de costos.
Por lo expuesto hasta aquí, en el ámbito de la CI, en una primera etapa, concluida y debidamente presentada y publicada en el curso del XVIII Encontro Nacional de Pesquisa em Ciência da Informação (Enancib), principal evento del área y bajo la responsabilidad de la Associação Nacional de Pesquisa e Pós-Graduação em Ciência da Informação (Ancib), García y Targino7 analizan la viabilidad de la revisión abierta por editores en ciencia de la información, como antes fue mencionado. Se trata de una iniciativa pionera en el ámbito de la CI, y entonces abierta a contribuciones y complementaciones. Al utilizar como método de investigación el survey, las autoras incorporan, a priori, a los editores de los 37 títulos de revistas de la CI con conceptos A y B atribuidos por el sistema Qualis de la Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior (Capes), alcanzando la muestra de 15 editores (40,54%). La recolección de información se dio por medio de cuestionarios enviados a través de la aplicación Google Docs a las unidades muestrales. Entre los resultados, se resalta la constatación de que la mayoría (67%) de los editores se muestran dispuestos a adoptar la open review, mientras que el 60% cree que ella puede actuar como elemento en pro de la calidad de las revistas del área. Sin embargo, se percibió un flagrante desencuentro en cuanto a la mención de puntos positivos y negativos, lo que revela desconocimiento frente al tema, y por lo tanto, necesidad de invertir en la difusión de las posibilidades teóricas y metodológicas de esa modalidad de evaluación.
Al adoptar procedimientos metodológicos similares en el mismo universo de los títulos anteriores, en este momento, las autoras están en fase de discusión de los resultados obtenidos en la muestra de 189 evaluadores, es decir, el 26,6% del total de 709 contactados, habida cuenta de que existe la intención de cubrir los diferentes segmentos de la cadena editorial, con el fin de alcanzar una visión integral de la posibilidad de adopción del OPR en el área. De cualquier forma, es evidente hasta entonces que, como mínimo, hay una intensa curiosidad intelectual en torno a la temática, y, por consiguiente, interés en innovar los procesos de evaluación inherentes a la producción científica en el universo de la CI, y que la e-ciencia y la ciencia abierta producen impactos de naturaleza tecnológica, sociocultural y jurídica, según una descripción detallada de Hey y Trefethen3. Esto corresponde, ciertamente, a perspectivas “abiertas” y rodeadas de interrogantes provocadoras en torno a la revisión abierta por pares en la contemporaneidad.
Notas
1. LE COADIC, Y.F. A ciência da informação. Brasília: Briquet de Lemos Livros, 1996.
2. DAVID, P.A. and SPENCE, M. Towards institutional infrastructures for e-science: the scope of the challenge. Oxford: The University of Oxford, 2003.
3. HEY, T. and TREFETHEN, A. e-Science and its implications. Philosophical Transactions of the Royal Society of London. 2003, no. 361, pp. 1809-1825.
4. CURTY, R.G. eScience: diferentes vieses, fontes e iniciativas. In: TOMAÉL, M.I. and ALCARÁ, A.R. (org.). Fontes de informação digital. Londrina: UEL, 2016.
5. SPINAK, E. Sobre las veintidós definiciones de la revisión abierta por pares… y más [online]. SciELO en Perspectiva, 2018 [viewed 14 May 2018]. Available from: https://blog.scielo.org/es/2018/02/28/sobre-las-veintidos-definiciones-de-la-revision-abierta-por-pares-y-mas/
6. ROSS-HELLAUER, T. What is open peer review? A systematic review. F1000Research [online]. 2017, vol. 6, no. 588, 2017 [viewed 14 May 2018]. DOI: 10.12688/f1000research.11369.2. Available from: https://f1000research.com/articles/6-588/v2
7. TARGINO, M.G. and GARCIA, J.C.R. Open peer review sob a ótica de editores das revistas brasileiras da ciência da informação. In: Encontro Nacional de Pesquisa em Ciência da Informação (Enancib), Marília, 2017.
Referências
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MERTON, R.K. The sociology of science: theoretical and empirical investigations. Chicago: The University of Chicago, 1973.
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Sobre Maria das Graças Targino
Maria das Graças Targino es doctora en ciencia de la información (Universidade de Brasília) y postdoctoral en periodismo por el Instituto Interuniversitario de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca con Máster Internacional en Comunicación y Educación por la Universidad Autónoma de Barcelona (también España). Actualmente, está vinculada al Centro de Educación Abierta y a Distancia de la Universidade Federal do Piauí y al Programa de Post-Graduación en Ciencia la de Información de la Universidade Federal do Paraíba (PPGCI).
Sobre Joana Coeli Ribeiro García
Joana Coeli Ribeiro García es doctora en ciencia de la información (Universidade Federal do Rio de Janeiro/Instituto Brasileiro de Informação em Ciência e Tecnologia); y Coordinadora del Grupo de Investigación: “De la información al conocimiento”, registrada en el Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq). Presidente de la Associação Nacional de Pesquisa e Pós-Graduação em Ciência da Informação (ANCIB), período 2009-2010. Actualmente, es profesora titular del Departamento de Ciencia de la Información y del Programa de Postgrado en Ciencia de la Información de la Universidade Federal da Paraíba (PPGCI) y colaboradora en el programa del mismo nombre en la Universidade Federal de Pernambuco.
Traducido del original en Portugués por Ernesto Spinak.
Como citar este post [ISO 690/2010]:
El logro de la neutralidad en el proceso de revision por pares es practicamente imposible, los colegas se conocen entre ellos, tanto por la forma de redactar, el tema que presentan los autores a una revista para ser evaluados para publicar entre otros aspectos. Ademas, debemos recordar que como seres humanos casi siempre afloran conflictos de intereses de una forma u otra.
Considero que una de las tendencias para tratar se resolver las interrogantes relacionadas con la revisión por pares, pudiera ser el establecimiento de un sistema de votacion abierta con la participacion de los miembros de las asociaciones cientificas, para determinar si determinada propuesta es publicable o no.
Tener en cuenta la inscripcion para proteger legalmente la idea propuesta.
Por ultimo, procediendo a la distribucion de la propuesta entre los miembros, previa conformacion de grupos especializados en cada una de las partes que conforman un articulo, y contabilizar los votos a favor o en contra, para su publicacion o no en la revista que representa a determinada sociedad cientifica.