El Ghostwriter se define como un “escritor fantasma”, un escritor profesional a quien se contrata para escribir obras por las cuales no recibirá crédito oficial sino que permanecerá anónimo. Esta práctica ha sido muy común desde tiempos inmemoriales donde secretarios y amanuenses escribían los discursos y las cartas a los gobernantes, o los discípulos de un maestro completaban su obra bajo su dirección y a veces en forma póstuma. Hasta el día de hoy es costumbre que los presidentes lean discursos públicos que otra persona ha escrito, o que ‘escritores fantasmas’ respondan cartas a los ciudadanos en nombre del presidente, o sean contratados para que escriban sus “autobiografías”. También se da con mucha frecuencia en el periodismo, en la producción de “comics”, e incluso algunas encíclicas fueron escritas para los papas por ‘escritores fantasmas’.
¿Qué tiene de malo eso? Nada. Pero … en el ámbito de los estudios académicos en general y la investigación en particular, el ghostwriting se considera también una forma de plagio, una falta de ética que podría generar incluso problemas de salud en la población, con las repercusiones legales correspondientes. Pasemos a investigar.
El ‘escritor fantasma’ es un recurso usado con frecuencia por estudiantes de universidades que tienen que presentar trabajos de graduación, tesis de maestría e incluso sus tesis de posgrado, y para eso contratan a escritores profesionales que les hacen el trabajo. Como consecuencia existen “fábricas de ensayos” que cobran por escribir toda clase de trabajos académicos, y que han surgido por docenas en la última década ofreciendo sus servicios en línea. Los servicios básicos ofrecen ensayos escritos previamente a precios accesibles, pero se ofrece también escritura ‘personalizada’ disponible a un precio mayor, a menudo alcanzando los US$ 10 a US$ 50 por página.
El problema es aún más crítico cuando ingresamos al área de la investigación científica y las publicaciones en revistas arbitradas. El ‘escritor fantasma’ se da con mayor frecuencia en las revistas de las ciencias de la salud, y en forma marginal en las otras disciplinas de investigación. ¿Pero qué tan frecuente o extendido es el ghostwriting? Para tener una idea hicimos una investigación en Scholar Google (consultas realizadas el 10/11/2013).
En una primera consulta buscamos por el término general ghostwriting y obtuvimos 9.570 resultados. Como muchos de los resultados se referían a periodismo en general o a la industria editorial del libro, fuimos reduciendo el alcance restringiendo la consulta con los términos “research” o “academic”, descartando la faceta “-students”, por último solamente a lo publicado en el año 2013, y excluyendo las citaciones y las patentes. Finalmente obtuvimos un resultado de 199 artículos publicados, casi todos refiriéndose al área biomédica. Casi 200 artículos en tan solo 10 meses de este año, ¡eso es una buena cantidad!
Ghostwriting puede ser falta ética grave y también podría ser una forma de plagio
Puede sorprender que el ghostwriting sea una forma de plagio, pero así es como se define en los diccionarios y también en las opiniones de personas e instituciones referentes en el tema.
Por ejemplo, el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define en su primera acepción
plagiar
(Del lat. plagiāre)
1. tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
Asimismo en inglés de acuerdo al Merriam-Webster Online Dictionary, plagiarism signfica
to steal and pass off (the ideas or words of another) as one’s own to use (another’s production) without crediting the source
El Dr. Francis Collins, director de los National Institutes of Health (NIH) considera que el ghostwriting podría en algunos casos ser tratado como un caso de plagio, este concepto también se expresa por lo menos dos veces en un informe del Senado de los Estados Unidos comentado más abajo, y además en un artículo reciente en la revista Bioethics. Finalmente en un trabajo publicado en el blog de la compañía iThenticate especializada en ofrecer servicios de detección de plagio dice
En base a estas definiciones, el concepto de la ‘escritura fantasma’ en su nivel básico es plagio. Después de todo, el objetivo de escribir bajo otra firma es ocultar el crédito del verdadero autor en lugar de reconocer a otra fuente. Sin embargo, hay varios factores basados en los diferentes métodos de ghostwriting que hace que el tema nos sea tan blanco y negro (2011)
En otras palabras, el ‘escritor fantasma’ puede ser aceptable o inaceptable.
La tecnología ha promovido la investigación global, la salud global, pero también ha permitido hacer trampas globales. Los editores de revistas no han hecho avances significativos en el empleo de tecnología o políticas adecuadas para identificar la falta de honradez, o combatirla.
En el caso de una tesis doctoral producida por un ‘escritor fantasma’, el postulante presenta falsamente el trabajo de otro como propio por lo que está defraudando tanto a la institución que expidió el título como a los futuros empleadores para los que el PhD es un requisito para el trabajo.
‘Escritores fantasmas’ también son empleados en algunas ocasiones por los académicos e investigadores activos que contratan a investigadores desempleados, subempleados o en posiciones menores para escribir artículos y libros sin compartir la autoría. Esta práctica no se limita a los investigadores médicos, aunque son la mayoría de los casos. Debemos aclarar que ‘escritores fantasmas’ no es lo mismo que escritores profesionales médicos. Puede ocurrir que un grupo de investigadores contraten a un escritor profesional para editar un documento basado en los datos originales de los investigadores, pero éstos siguen manteniendo la supervisión del trabajo escrito impidiendo mensajes de márketing favorables a empresas o productos.
El ‘escritor fantasma’ en las revistas médicas genera problemas éticos y legales. La preocupación se debe a que es frecuente que las compañías farmacéuticas y las industrias de productos de tecnología médica puedan distorsionar las evidencias producidas por los ensayos clínicos y no sean imparciales. Estos artículos preparados por escritores médicos contratados por las industrias luego se dan a firmar a “autores invitados” a cambio de un pago. Entonces los artículos suelen ser enviados a revistas comerciales con altos factores de impacto y por esta razón resulta muy atractivo a los investigadores invitados aportar su firma debido al impulso que les dan a sus propias carreras.
Esta conducta crea obvios conflictos de interés, distorsiona la evidencia médica, afecta a los consumidores por los sesgos a favor de ciertos medicamentos, y tiene como objetivo que sean aprobados por las autoridades sanitarias para incluirlos en los Vademécum que usan las instituciones de salud, muchas veces con preferencia a medicamentos genéricos. Estos trabajos fraguados que facilitan la deshonestidad se traducirán en eventuales riesgos en la atención a los pacientes más pobres, pues los mercados emergentes se basan en las investigaciones publicadas en el mundo desarrollado para producir terapias avanzadas.
¿Pero qué hay de las responsabilidades médicas de esas compañías frente a una demanda judicial? En los tribunales los abogados pagados por las compañías presentarán esos estudios como evidencia científica para contradecir la investigación independiente que cuestiona la efectividad de esos medicamentos. En otras palabras, una compañía farmacéutica paga a un ‘escritor fantasma’ para escribir un artículo a favor de un medicamento, entonces es publicado en una revista importante con Factor de Impacto elevado, luego si hay una demanda y se va a los tribunales los abogados presentan como evidencia científica esos artículos, y con eso se cierra el círculo.
¿Y qué hacen esas prestigiosas revistas con alto factor de impacto, y qué hacen los árbitros revisores? El ‘escritor fantasma’ en general no es detectado por los árbitros, pues la evidencia surge muchas veces años después y solo en los casos que terminan en los tribunales. Es decir el ‘escritor fantasma’ no es simple de detectar, por algo se llaman “fantasmas”.
¿Entonces qué tan frecuente es el ghostwriting, y qué tipo de revistas se prestan a esa práctica como para que sea un tema de preocuparse?
Una investigación reciente llevada a cabo por el Senado de los Estados Unidos por los escándalos referentes a ‘escritores fantasmas’, ha mostrado que esta práctica es común en muchas de las escuelas de medicina de universidades tan famosas con Stanford, Harvard, McGill University, Mount Sinai Medical Center, Yale, etc. Asimismo esa investigación muestra cómo docenas de las revistas más prestigiosas en medicina estuvieron involucradas en la aprobación de productos farmacéuticos de distribución mundial, tales como Avandia, Tylenol, y terapias hormonales para la menopausia.
Note estos estudios
- Un estudio del New York Times en 2010 encontró una tasa de ghostwriting en las principales revistas médicas del mundo (JAMA, Lancet, PloS Medicine, New England Journal of Medicine) que varía entre el 4,6 al 10,9 por ciento de los artículos publicados.
- Un trabajo publicado en Plos Medicine mostró que solamente 13 de las 50 revistas médicas más importantes de Estados Unidos tienen políticas claras en contra del ghostwriting.
- Cerca del 50% de las publicaciones sobre drogas usadas en psiquiatría que tienen patentes todavía vigentes fueron escritas por ‘escritores fantasmas’.
Plos Medicine ha solicitado la prohibición en el futuro de manuscritos por autores que actúan en la calidad de invitados, indica que debería hacerse la retractación formal si se descubre en el futuro que un artículo fue escrito por un autor fantasma desconocido y notificar a las instituciones sobre la mala conducta del autor
Posición institucional
AMWA. American Medical Writers Association
Es la principal institución del mundo que prepara escritores profesionales médicos y los considera de importancia fundamental en la investigación médica, en su código de ética establece una posición contraria al ghostwriting.
EMWA. The European Medical Writers Association
Al igual que A MWA desalienta el uso del término ‘escritor fantasma’ para describir los escritores médicos profesionales, ya que el término implica que hay algo oculto en la participación de estos escritores, y recomienda que la participación de los escritores médicos profesionales siempre debe ser transparente. Por el contrario, promueve el uso de escritores profesionales debido a las capacidades que han desarrollado en la comunicación científica y permiten elevar el nivel de las publicaciones. EMWA afirma que la contribución de los escritores médicos y las fuentes de financiación deberían hacerse explícitas, y si la contribución del escritor no cumple los criterios de autoría de la revista entonces debería figurar en la sección de agradecimientos.
ICMJE. International Committee of Medical Journal Editors (conocido como el Grupo Vancouver).
Establece en forma definitiva los requisitos para figurar como autor en los artículos de revistas, procurando desestimular las prácticas faltas de ética dando lineamientos a los editores de revistas para que se indique en qué forma ha contribuido cada autor del artículo.
WAME. World Association of Medical Editors.
WAME considera la autoría fantasma deshonesta e inaceptable. Los autores fantasmas generalmente trabajan pagados por empresas con intereses comerciales en el tema. Los escritores profesionales médicos pueden escribir documentos sin figurar como autores siempre y cuando su papel sea reconocido, de acuerdo a las directivas que establece AMWA.
Cuando los editores detectan manuscritos producidos por ‘escritores fantasmas’, sus acciones deben dirigirse tanto a los autores que firman como a los asociados comerciales si están involucrados. Varias acciones son posibles:
- publicar un aviso que indique que el manuscrito es de un ‘escritor fantasma’ junto con los nombres de las empresas responsables y los autores firmantes.
- informar a las instituciones académicas de los autores y la identificación de las empresas comerciales.
- informar a los medios de comunicación y organizaciones gubernamentales.
- informar en el foro de WAME.
Reflexión
Sin embargo, aunque desde muy temprano estas prácticas han sido condenadas como inaceptables y poco éticas, las recomendaciones no han sido ampliamente aplicadas por las instituciones académicas y los editores de revistas, y ha sido así por varias razones entendibles, pero no aceptables. Hay muchos editores que no aplican esa política debido a que las compañías que contratan y pagan a ‘escritores fantasmas’ son las mismas que pagan los avisos en las revistas y tienen contratos para la distribución de reprints, y estamos hablando de muchas de las principales revistas comerciales del mundo.
Las instituciones de investigación, en general universidades, no han tomado acciones directas, pues en muchos casos implican a investigadores en posiciones importantes, que atraen fondos de investigación a sus propias universidades y, por otra parte, arremeter en contra del ghostwriting podría abrir una caja de Pandora para todos, instituciones académicas y editoriales. Las asociaciones profesionales también se muestran lentas en reaccionar contra sus propios miembros en virtud de la propia visión corporativa que se tiene en defender sus profesiones.
¿Y qué hay de las revistas publicadas en el Programa SciELO? En el sitio oficial se indica que hay en este momento 351 revistas bajo la categoría Health Sciences, a las que podrían sumarse una buena parte de las 109 registradas bajo la categoría Biological Sciences. Sería muy importante que a nivel del Programa SciELO en general y hacia abajo a cada revista, se tomara una posición firme y proactiva. El concepto de “conflicto de intereses” es muy vago para definir con precisión el problema de los ‘escritores fantasmas’ en las ciencias de la salud.
El ghostwriting es insalubre. Lo del título.
Agradecimiento
Agradezco al Dr. Tomás Baiget, director de “El profesional de la información”¹ (EPI) por haber corregido algunos errores de mi manuscrito original. Los errores que persisten son de mi sola responsabilidad.
Nota
¹ El profesional de la información – http://elprofesionaldelainformacion.com
Referencias
AMWA ethics FAQs. American medical writers association. Available from: <http://www.amwa.org/amwa_ethics_faqs>.
European medical writers association. Ghostwriting Positioning Statement. Available from: <http://www.emwa.org/Home/Ghostwriting-Positioning-Statement.html>.
Frequently Asked Questions About Medical Ghostwriting. The Project on Government Oversight (POGO). 2011. Available from: <http://www.pogo.org/pogo-files/alerts/public-health/ph-iis-20110620.html#what%20is%20corporate-funded%20medical%20ghostwriting>.
Ghostwriting in medical literature. Minority staff report. 2010. Available from: <http://www.grassley.senate.gov/about/upload/Senator-Grassley-Report.pdf >.
International committee of medical journal editors. Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals:Ethical Considerations in the Conduct and Reporting of Research: Authorship and Contributorship. 2009. Available from: <http://www.icmje.org/ethical_1author.html>.
iThenticate. Can Ghostwriting Be Considered Plagiarism? Available from: <http://www.ithenticate.com/plagiarism-detection-blog/bid/64034/Can-Ghostwriting-Be-Considered-Plagiarism>.
Merriam-Webster Dictionary. Plagiarize. Available from: <http://www.merriam-webster.com/dictionary/plagiarizing?show=0&t=1313540495>.
POGO Project on government oversight. Frequently asked questions about medical ghostwriting. Is ghostwriting a type of plagiarism? Available from: <http://www.pogo.org/our-work/articles/2011/ph-iis-20110620.html>
Real Academia Española. Plagiar. Available from: <http://lema.rae.es/drae/?val=plagiar>.
STERN, S., and LEMMENS, T. Legal Remedies for Medical Ghostwriting: Imposing Fraud Liability on Guest Authors of Ghostwritten Articles. PLOS Medicine. 2011. Available from: <http://www.plosmedicine.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pmed.1001070>.
The New York Times. Ghostwriting Is Called Rife in Medical Journals. September 10, 2009. Available from: <http://www.nytimes.com/2009/09/11/business/11ghost.html?_r=0>.
TOBENNA, D.A. Profits and plagiarism: the case of medical ghostwriting. Bioethics. 2010, vol. 24, nº 6, pp. 267-272. Available from: <http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/biot.2010.24.issue-6/issuetoc>.
Wikipedia. Escritor fantasma. Available from: <http://es.wikipedia.org/wiki/Escritor_fantasma>.
Word association of medical editors. Ghost writing initiated by commercial companies. Available from: <http://www.wame.org/resources/policies#ghost >.
Enlaces externos
iThenticate – http://www.ithenticate.com/
Top grade paperscom: http://www.topgradepapers.com/
Sobre Ernesto Spinak
Colaborador do SciELO, Ingeniero en Sistemas y Lic. en Biblioteconomía, con Diploma de Estudios Avanzados pela Universitat Oberta de Catalunya y Maestría en “Sociedad de la Información” por la Universidad Oberta de Catalunya, Barcelona – España. Actualmente tiene una empresa de consultoría que atiende a 14 instituciones de gobierno y universidades en Uruguay con proyectos de información.
Como citar este post [ISO 690/2010]:
I am of the strong belief that there is no place for ghost writing or ghost authors in science publishing. I have made several arguments (see posts by JATdS) at Retraction Watch that underline my position and rationale about this issue. I suggest an industry-wide implementation of rules and regulations, that ban such practices from science journals. Moreover, authors who are caught using such services without declaring them in the acknowledgements should face the exact same consequences as authors that commit plagiarism, falsify data or duplicate papers (self-plagiarism). The pertinent link is:
http://retractionwatch.com/2014/01/21/is-it-ethical-to-ghost-write-a-paper/#comments
Lea el comentario en Portugués por Gustavo Barbosa: http://blog.scielo.org/blog/2014/01/16/etica-editorial-ghostwriting-e-uma-pratica-insalubre/#comment-777
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Un tema muy interesante y preocupante al mismo tiempo, la información que recibimos podría no ser la correcta sino que en algunos casos responderá solo a los intereses de particulares. La comparación con la caja de Pandora es excelente, seguramente hay mucho más detrás que todavía no podemos ver.
Un temas necesario para seguir discutiendo. Habria que sumar la figura del editor literario, en algunos aspectos se cruza con la del escritor fantasma. Un buen editor, por ejemplo, mejoraria el cierre del texto (“El ghostwriting es insalubre. Lo del título”).
Interesante artículo. Yo deducía que esa podía ser la definición de un escritor fantasma. Sucede mucho también en el ámbito de la ilustración y el diseño. A menudo veo estudiantes buscando profesionales que le resuelvan un diseño o boceto para una entrega o postulación, incluso, escritores de bajo presupuesto solicitando la creación de portadas para sus obras sin hacer mención de quien se las hizo o diseñó una vez publicadas. Es una situación insalubre que suele asechar por la necesidad del que asume el “rol fantasmal”.