Por Adrian Gurza Lavalle
Los editores de revistas de ciencias sociales comenzaron a discutir los preprints hace poco más de seis años, con sospecha y asombro ante una práctica que parecía ajena a su tradición disciplinaria.1 Tomando prestada la conocida fórmula de Umberto Eco, se podría decir que los editores en el campo estaban divididos entre una mayoría de apocalípticos, temerosos de lo que les parecía una imposición con consecuencias indeseables, y una minoría de integrados, que identificaban en los preprints una innovación con beneficios prometedores. Después de algunos años, y el servidor SciELO Preprints ya implementado, es posible recordar las “amenazas” y “promesas” de aquellos tiempos, beneficiarse de una apreciación más sobria e informada de los hechos y responder: ¿qué se cumplió en realidad en ese corto pero intenso espacio de tiempo?
La memoria no es un recurso ficticio al servicio del argumento. En 2017, el tradicional foro de revistas ANPOCS, en su XLI Encuentro, organizó el Coloquio Nuevos Cambios, Experiencias y Estrategias en el Campo de la Edición Científica en Ciencias Sociales. Abel Packer fue invitado a presentar los preprints y su implementación progresiva como parte de las políticas de aceptación y permanencia de la colección SciELO. Aceptó y, gracias a un viaje de regreso el mismo día a Caxambu, participó en lo que creo fue el primer debate público con editores del área sobre el tema. Como era de esperarse, el tono crítico predominó y la síntesis final de Abel fue premonitoria: habrá resistencia, pero pasará y terminarán adoptando los preprints.2
A grandes rasgos, la desconfianza y las críticas giraban en torno a los propios preprints y algunas de sus consecuencias que se consideraban predecibles. En primer lugar, los preprints eran una práctica entendida como ajena a las ciencias sociales, guiada por exigencias de rapidez en la circulación de resultados propias de otras áreas. El expediente también resultó exótico para las disciplinas del área porque, en ellas, la importancia de la escritura en la elaboración de resultados y la noción del carácter fuertemente autoral del texto inhibieron su circulación “temprana”. Por otro lado, en cuanto a las consecuencias mencionadas, los preprints pondrían en peligro el anonimato, comprometiendo el proceso de evaluación imparcial de los manuscritos y, en última instancia, contribuirían a erosionar el papel de las revistas, ya perjudicado por las tendencias en la publicación científica. Así evaluados, los preprints parecían perjudiciales y, en las evaluaciones más críticas, su adopción fue considerada una imposición.
Retrospectivamente, resulta sorprendente hasta qué punto la lectura de las “amenazas” dependió de una suposición errónea: el carácter exótico de los preprints. Habría sido posible un movimiento diferente, preguntándose por la especificidad de los preprints en las ciencias sociales. Los working papers (WPs) o textos de discusión (TDs), así como los anales de eventos, son tipos de preprints con larga presencia en las prácticas de comunicación científica del área. No es casualidad que la ANPOCS haya adoptado, en la reunión de este año, el servidor de preprints SciELO para el envío de los trabajos de los Grupos de Trabajo. La iniciativa es feliz y está permitida por la homología entre preprints y anales.
Tenga en cuenta que este tipo de preprints no sólo no son controvertidos, sino que se consideran buenas prácticas para la circulación y producción de conocimiento científico. Los WPs, por ejemplo, desempeñan varias funciones: difundir ampliamente los resultados de la investigación y las ideas para recoger críticas y mejorarlas con vistas a su publicación ―función similar a la de los preprints―; ofrecer información metodológica detallada o resultados empíricos detallados para poder hacer referencia a ellos en artículos científicos donde, por limitaciones de espacio, dicho detalle no sea posible. Ciertamente, las razones por las que los preprints son importantes en áreas como la medicina o las ciencias experimentales, en particular la relevancia de la precedencia del descubrimiento en la definición de financiación, difieren de las funciones que desempeñan en las ciencias sociales, pero esto no los convierte en una práctica ajena a su tradición.
Por otro lado, las promesas hechas en aquella ocasión en los preprints se han cumplido hasta ahora sólo parcialmente. Se exploraron tres ventajas. En primer lugar, los preprints contribuirían a mejorar el conocimiento producido por la comunidad científica gracias a la crítica pública, no restringida a revisores o pares más cercanos, sino abierta a la comunidad, en una lógica más libre y similar al intercambio de ideas en las redes sociales. Una analogía oportuna con los WPs/TDs habría aconsejado cautela con respecto a estas expectativas. Se sabe que los beneficios del enriquecimiento a través del debate y la crítica abierta dependen de un trabajo adicional muy exigente. La publicación en sí no genera debate y es sólo una condición necesaria.
Las series de WPs de mayor éxito están vinculadas a máquinas de difusión bien aceitadas y muy bien financiadas por las instituciones de investigación a las que pertenecen. Sin un trabajo de difusión, los WPs, como los preprints, generan poco o ningún debate. Obviamente, no es realista ni razonable esperar que SciELO Preprints invierta mucho en difusión. En este sentido, sin embargo, la función de solicitud PREreview, una innovación aún reciente de SciELO Preprints para permitir la evaluación, es un avance.
En segundo lugar, las revistas del área se beneficiarían, ya que podrían seleccionar proactivamente mejores manuscritos en el servidor de preprints, ya enriquecidos por el debate, con evidencia de clara relevancia para el subcampo respectivo, e incluso podrían incorporar citas previas del manuscrito en sus distintas versiones como preprint. No conozco ningún editor en el campo que seleccione proactivamente preprints, aunque el Servidor SciELO ofrece métricas alternativas para la circulación y el uso de manuscritos. Sea como fuere, una parte importante de dichos beneficios todavía dependen del punto anterior. A su vez, la incorporación de citas previas es un punto que, me atrevo a conjeturar, aún no está claro para los editores de ciencias sociales. No es raro que los WPs y artículos en anales de eventos, cuando tienen la rara fortuna de ganar terreno en el debate en sus subcampos, circulen con una “doble vida” después de ser publicados en sus versiones finales en revistas científicas: la versión de las revistas y la versión que se difundió primero, y es esta última la que normalmente sigue siendo citada. No está claro si los preprints pueden superar el riesgo de “doble vida”, que desalienta su publicación en revistas, y cómo hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta que el DOI se atribuye a objetos digitales únicos y que, en teoría, el preprint publicado en una revista debería ganar un nuevo DOI.
Finalmente, la ventaja plenamente aprovechada se refiere a la velocidad de publicación. De hecho, en seis años se implementó el servidor de preprint, que funciona regularmente y permite la difusión pública casi inmediata de manuscritos científicos, así como su identificación persistente mediante la atribución de DOI. Sin duda, es un gran avance. Aunque la primacía del conocimiento es un factor menos relevante en la producción científica del área, los manuscritos sensibles a los cambios de las conjeturas claramente se benefician de una publicación rápida.
Identifico dos beneficios inesperados, al menos a la luz de las ideas más recurrentes en ese primer debate. La aceptación de preprints en revistas de la colección SciELO y el movimiento para revisar el papel del anonimato en la evaluación de manuscritos ―incluidos en el programa de ciencia abierta― llevaron a la experimentación de diferentes métodos de apertura de opiniones. En lugar de un modelo único, hemos visto a los editores en jefe innovar al combinar diferentes posibilidades y medidas de apertura. La diversidad en esta experimentación es valiosa y le permitirá tomar mejores decisiones.
Un segundo beneficio inesperado se refiere a la preservación de la memoria de la producción científica en el país con fines de investigación. Los debates fundamentales que tuvieron lugar entre 1977 y 1980, en las primeras reuniones de la ANPOCS, fueron sólo parcialmente accesibles a través de la publicación de la colección “Ciências Sociais Hoje”, pero una parte se perdió. Los cambios y actualizaciones en la tecnología de almacenamiento y la disponibilidad de obras de catálogos científicos, normalmente bajo la custodia de asociaciones científicas y profesionales, a menudo producen efectos similares de pérdida de memoria. Iniciativas como ANPOCS y SciELO, que organizaron la presentación de trabajos de la Reunión como preprints, no sólo pueden ampliar el acceso a estos trabajos, sino también perpetuar este acceso para quienes investigarán la evolución de nuestras disciplinas en el futuro.
Notas
1. Este texto resume la presentación realizada en el Foro de Revistas Periodísticas de ANPOCS el 25/10/2023: “Preprint en debate”, organizado por Rúrion Melo (USP | ANPOCS. Alex Mendonça (Scielo), Adrian Gurza Lavalle (USP | ANPOCS) también presentaron en el foro. Br. P. Sc. Review) e Isabel Rocha de Siquiera (PUC-Rio | RBCS)
2. Menciono esta frase de memoria y, por caprichos de la memoria, no uso comillas.
Enlaces externos
47º Encontro Anual da ANPOCS | SciELO Preprints: https://preprints.scielo.org/index.php/scielo/preprints/section/47-anpocs
PREreview: https://prereview.org/
SciELO Preprints: https://preprints.scielo.org/
Sobre Adrian Gurza Lavalle
Profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de São Paulo (USP), Presidente del Centro Brasileiro de Análise e Planejamento (Cebrap), Vicedirector del Centro de Pesquisa, Inovação e Difusão de Estudos da Metrópole (CEM) e investigador del Cebrap y del CEM. Es redactor jefe de la revista Brazilian Political Science Review.
Como citar este post [ISO 690/2010]:
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